Sobre Sordera

Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente un 5% del total de la población mundial tiene una pérdida auditiva (328 millones de adultos y 32 millones de niños). Aproximadamente 3 de cada 1,000 bebés en México nacen con una pérdida auditiva, siendo este tipo de deficiencia una de las consecuencias congénitas más frecuentes.

Causas congénitas que pueden estar presentes al momento de nacer, o aparecer un poco después:

  • Hereditaria, transmitida por el padre o la madre.
  • Problemas durante el embarazo y el parto (bajo peso por nacimiento prematuro, asfixia del parto o situaciones durante éste que causan hipoxemia del feto, rubéola, sífilis u otras infecciones).
  • Uso impropio de medicamentos ototóxicos (la lista reúne más de 130, como la gentamicina) durante el embarazo.

 

Causas adquiridas que pueden ocasionar pérdida en la audición a cualquier edad:

  • Enfermedades infecciosas como la meningitis, el sarampión y la parotiditis, principalmente en la niñez, pero también en época posterior de la vida.
  • Daño en el oído interior por efecto de medicamentos ototóxicos (algunos antibióticos y antipalúdicos) a cualquier edad, destacan en esta categoría.
  • Infecciones crónicas del oído.
  • Golpes fuertes en el cráneo o en los oídos.
  • Escuchar música muy alta, sobre todo con auriculares.
  • Exposición repetida a ruidos fuertes, como los de maquinarias, taladros de cemento, etc.
 
  • El o la bebé no muestra atención a los sonidos del ambiente, no voltea ni se sobresalta ante ruidos fuertes.
  • No voltea buscando la voz de sus familiares, o el sonido de juguetes.
  • No responde a la voz de mamá al menos que esté frente a él o ella.
  • No balbucea o empieza a balbucear y deja de hacerlo.
  • Se apoya básicamente en gestos y señalamientos para comunicarse sin desarrollar lenguaje.
  • No dice sus primeras palabras, como es común, al año y medio o los 2 años de edad.

 

No espere a solicitar ayuda si sospecha que su hijo(a) pueda tener un problema. Usted y los miembros de la familia saben más sobre su hijo(a) que cualquier otra persona.

La detección y el tratamiento tempranos de los desórdenes de habla, lenguaje y audición hacen la diferencia en el aprendizaje y la comunicación de su hijo(a), lo cual podrá prevenir problemas emocionales, educativos y de interacción social.

  • Cuesta entender a otras personas cuando hablan o susurran.
  • Pide con frecuencia a las demás que hablen más despacio, más claro o más alto.
  • Tiene dificultades para oír la televisión, la radio y el teléfono al volumen que las demás personas consideran normal.
  • Generalmente, las personas que sufren de alguna pérdida auditiva, se retiran de algunas actividades sociales por la dificultad de escuchar y comunicar.

 

Generalmente, las personas que sufren de alguna pérdida auditiva, se retiran de algunas actividades sociales por la dificultad de escuchar y comunicar.

Las pérdidas auditivas tienen diferentes grados, y van de Leve, Media, Severa a Profunda.

Una persona con pérdida auditiva leve puede ser capaz de oír algunos sonidos, mientras que una persona con pérdida profunda, no puede oír nada en absoluto.

Para poder entender un poco más sobre la diferencia entre las pérdidas, es interesante conocer de donde proviene la deficiencia auditiva, por eso la medicina ha señalado cuatro tipos de pérdidas:

  • Conductiva: ocurre cuando hay un problema en una parte del oído externo o medio. La mayoría de niñas y niños con hipoacusia conductiva tiene una pérdida leve que suele ser temporal porque en la mayoría de los casos se puede tratar médicamente.
  • Sensorial: ocurre cuando la cóclea no está funcionando correctamente porque las pequeñas células pilosas que recubren su interior están dañadas o destruidas. Dependiendo del grado de pérdida, una persona puede ser capaz de oír la mayoría de los sonidos (aunque más apagados), solamente algunos sonidos o ningún sonido en absoluto. Las deficiencias auditivas sensoriales casi siempre son permanentes y pueden influir sobre el habla del niño.
  • Mixta: ocurre cuando hay pérdida conductiva y sensorial simultáneamente.
  • Hipoacusia neural: ocurre cuando existe un problema en la conexión que une la cóclea con el cerebro. Neural significa relativo a los nervios, de modo que en este tipo de pérdida auditiva, el nervio que transporta la información sonora desde la cóclea hasta el cerebro está dañado.
 

Una vez diagnosticada y confirmada una pérdida auditiva, el tratamiento depende del tipo de pérdida y la edad del pequeño(a) al momento del diagnóstico. Será necesario proporcionarle aparatos auditivos que amplifican los sonidos o un implante coclear que facilita la escucha. La opción entre uno y otro depende de la pérdida específica de cada niña o niño.

  • Aparatos auditivos: envían sonidos amplificados (a través de vibraciones sonoras) desde el tímpano y el oído medio, hasta el oído interno o la cóclea.
  • Implante coclear: una pieza electrónica diminuta que se implanta en la cóclea mediante una cirugía y desempeña la función de transformar los sonidos en señales eléctricas que estimulan directamente el nervio auditivo.
 

Bebés, niñas y niños pequeños:

  • Tamiz neonatal
  • Estudio de emisiones otoacústicas
  • Potenciales evocados auditivos de tallo cerebral
  • Timpanometría

 

Jóvenes y personas adultas:

  • Audiometría, Timpanometría, Impresiones de cóclea
 

En México a miles de bebés aún no se les aplica el tamiz auditivo (el examen de detección de algún tipo de pérdida auditiva) al nacer o en sus primeros meses de vida.  
En la actualidad, es irrefutable que la pérdida auditiva debe ser detectada y atendida a la edad más temprana posible. La detección temprana es un factor muy importante en el desarrollo del lenguaje y la comunicación de las niñas y niños con pérdida auditiva.
Las niñas y niños identificados con una pérdida auditiva hasta los 6 meses de edad, que reciben un aparato auditivo o un implante coclear y terapias de habilitación, han demostrado obtener capacidades similares a quienes de la misma edad no tienen problemas de audición, a diferencia de quienes son identificados tardíamente.

Es esencial el apoyo de la familia para el desarrollo y progreso del niño o niña

Contar con aparatos o con implante no funciona automáticamente; es necesario enseñarle al pequeño(a) a reconocer los sonidos e interpretarlos a través de un trabajo detallado en su audición el cual se logra por medio de terapias de lenguaje. El apoyo, comprensión y paciencia de las madres y padres es imprescindible en todas las etapas. Para garantizar la habilitación de la niña o niño es importante la detección y diagnóstico temprano (antes de los 2 años de edad).

Contáctanos si tienes dudas acerca de tu audición.